Para los turistas más aventureros que buscan paisajes admirables, Quito, gracias a sus terrenos irregulares y amplia biodiversidad, se convierte en el lugar preferido para la práctica de actividades deportivas y planes en la naturaleza.
Trekking
Los extensos bosques y las imponentes montañas quiteñas ofrecen desde trayectos cortos para quienes desean dar un paseo sencillo hasta senderos para caminar a lo largo de varios días.
La Reserva Yanacocha; los culuncos de Yunguilla; el refugio de vida silvestre Pasochoa; los senderos de La Mica y Agua y vida constituyen una experiencia única que transportarán a los caminantes a paisajes de un cuento de hadas.
El Pichincha ofrece un conjunto de picos únicos que flanquean la ciudad. El trayecto de ocho horas permite admirar los volcanes de Rucu y Guagua Pichincha, y otras cimas como Cruz Loma, Cerro Ungüí, Padre Encantado y Cóndor Huachana. Se recomienda realizar estas rutas con la compañía de guías especializados.
Para los más experimentados, el Trek del Cóndor, uno de los más representativos de Ecuador, recorre durante 3 días los volcanes de Antisana, Sincholagua y Cotopaxi.
Camping
Quito pone a disposición del viajero parroquias rurales y reservas donde pasar la noche rodeado de la naturaleza.
La Laguna de Secas en Píntag; las lagunas de Loreto y Parcacocha en el Parque Nacional Cayambe-Coca; el Refugio de vida silvestre Pasochoa; la Reserva Geobotánica del Pululahua; y San José de Mashpi en la parroquia de Pacto son ideales para acampar, admirar las puestas de sol y participar en actividades al aire libre como senderismo, cabalgatas, paseo en bote y más.
Observación de aves y de osos
Quito es una de las ciudades más diversas del planeta en lo que a aves se refiere y su avistamiento atrae a miles de turistas todos los años; en las parroquias de Nanegalito, Nono y Pacto se pueden apreciar especies de todos los colores y tamaños.
Los principales sitios para realizar aviturismo son Bellavista Cloud Forest; el Mirador La Amagusa; Tandayapa; el Antisanilla; y las reservas Yanacocha y Pahuma.
Por otro lado, la reserva Maquipucuna, ubicada a 83 kilómetros de la capital, y el Parque Nacional Cayambe-Coca, son hábitat de uno de los animales más emblemáticos de Ecuador, el Oso de Anteojos. Ambos lugares son paradas obligadas para admirar diversos ejemplares de esta especie y realizar una actividad original en la naturaleza.
Pesca deportiva
La pesca deportiva es ideal para realizar en familia, ponerse a prueba y conectar con la naturaleza. Las lagunas de Secas, La Mica y Tipopugro en Píntag; y las lagunas de Loreto, Parcacocha y Anteojos en el Parque Nacional Cayambe-Coca, son algunos lugares donde se puede practicar este deporte, a pocos kilómetros de la ciudad.
Ciclismo de montaña
Desde sectores planos hasta exigentes pendientes, Quito es un destino codiciado para el ciclismo de montaña, donde sus numerosas colinas hacen posible el ascenso y descenso a través de todo tipo de superficies.
La ruta El Chaquiñán, que atraviesa las parroquias de Cumbayá, Tumbaco y Puembo, cuenta con un camino de 22 kilómetros especial para ciclistas principiantes. Para quienes buscan grandes desafíos, las rutas Pacto-Santa Rosa y Pacto-Mashpi, en la parroquia de Pacto; y Nono-Alaspungo, en la parroquia de Nono, ponen a prueba a cualquier deportista.
Rapel y canopy
Para los más aventureros, la Reserva Orquideológica Pahuma brinda la oportunidad de realiza rapel, de distintas dificultades, en sus cascadas y caídas de agua. Mientras que Nayón Xtreme Valley; Tucanopy, en la reserva Intillacta; y la aldea turística Puma Sacha en Nanegalito, son los escenarios para volar sobre los bosques de Quito practicando el canopy.
Además, las cascadas La Piragua en Nanegal y Guagrapamba en Nono permiten finalizar un paseo familiar en aguas refrescantes.
De esta forma, Quito pone en oferta una amplia gama de opciones para quienes gustan de la naturaleza y la aventura.